Atención al cliente

Toc toc toc…
TOC Toc Toc
TOC TOC TOC

TOC TOC TOC

-Señor, ya cerramos.
-¿Cómo que ya cerraron? ¿A qué hora cierran?
-A las 18 hs señor.
-¿Y qué hora es?
-Las 18 horas.

…-(silencio, miradas)-…

-¿Bueno, pero no me puede atender?
-No señor, nos estamos llendo.
-Bueno, pero yo me voy de viaje…
-Está bien, pero si yo lo atiendo tenemos para 30 minutos, así que no es posible.
-¿Pero no puede hacer una excepción?
-Lamentablemente no.

…-(silencio, mirada hostil)-…

-Bueno, entonces andá a cagar.
-Que tenga buenas tardes…


Hace un tiempo conocí a una chica en una fiesta, que trabajaba en un hipermercado en atención al público. Me comentaba lo difícil que era hoy en día trabajar en esa área, porque la gente está mal dispuesta, y trata a quien debe atenderlo de mala manera.
Nunca me había puesto a pensar en eso, o sí… pero sólo de refilón.
Ahora que trabajo en una oficina sé lo difícil que es tratar a la gente. Más difícil es tratarla bien.

Trataré de explicarme. Cuando yo soy cliente, quiero que me traten bien. Pero si sé que estoy fuera de horario, no voy a presionar a toda costa para que me atiendan. Eso se llama educación. Se llama tener ciertos códigos mínimos.
Tener ciertos códigos mínimos permite vivir en sociedad en forma pacífica. Si a cada rato hay que estar reviendo esos códigos, o forzando dichos códigos la tensión es una consecuencia natural. Es una cuestión de economía…de la salud.
Vivimos una realidad realmente hostil. Seres humanos tenemos que cuidarnos las espaldas de los otros seres humanos. Es un estado de lucha y alerta permanente.

Ahora bien. Lo que yo estoy diciendo no quiere decir que quien atiende al público no tenga responsabilidades. Sobre todo en Argentina, somos expertos en que nos traten mal como clientes/usuarios. La administración pública es un desastre en cuanto a atención al cliente. Obviamente no TODOS atienden mal, como no TODOS los clientes son difíciles. La única explicación que encuentro para el mal trato en la administración pública, es pensar que esa gente realmente detesta su trabajo. Yo lo detestaría…

Pero volviendo al comienzo… Es difícil tratar a la gente.
Yo me voy de viaje, pero dejo una profunda reflexión: LA GENTE ESTÁ HECHA MIERDA.



Este post va dedicado a todos mis amigos y desconocidos que trabajan en los call centers. Con una apestosa diferencia: Cuando un cliente le dice por teléfono a un trabajador de dicho rubro “Ustedes me están cagando”, el joven no puede decir nada. La mayoría de las veces, la empresa realmente lo está cagando al cliente, pero el joven está atado de manos, y no puede darle la razón a aquel. Esa incongruencia socava…