Ejercicio lingüístico

En la nota "En tu propia lengua", mi amigo periodista Jopi escribió un artículo sobre las lenguas construidas como, por ej., el jeringozo o el lunfardo. Eso me hizo recordar que, en mis momentos de ocio mental me reía imaginandome a un extranjero tratando de entender la forma en la que hablo cotidianamente con mis amigos. Para un alemán que aprende el español de la Real Academia, le resultará extraño tratar de entender ciertas expresiones comunes para nosotros.
Le encargué a REG que me escribiera un pequeño textito a modo de experimento lingüístico. Al día siguiente, me trajo lo siguiente:

"Con unos vagos nos pintó salir de joda. Fuimos por ahí, por Nueva Córdoba, ni sé el nombre del boliche. Estaba a full, cosa que me da por las bolas, pero bué. Mis amigos hincharon tanto, que al final nos pusimos en la cola. Al de la entrada le pedimos para garpar menos, que no fuera agreta, pero nos contestó que no fueramos rata: $5 con chupi. A cerrar el pico, todo bien.
Nos metimos, tomamos unas cuantas birras y hablamos varias pavadas. De golpe ví una piba que estaba criminal, me dió vuelta la cabeza. Por lo general me achico, pero como estaba hasta el pecho fuí y metí, justamente, el pecho.
Divina la flaca. Linda y piola. Yo le estaba dando duro, por un lado al chamuyo, y por otro lado al equilibrio para no caerme de jeta. No me pude aguantar, así que agarré y le chanté un beso. Un besito, tampoco la pavada. En eso veo que se me viene a los humos un vago grosso grosso. Y sí, era el patovica. Dejate de joder, qué mala pata loco! Y bueno, tuve que picar la yanta porque si el tipo me agarra me hace bolsa.
Algunas cosas no tienen precio, pero salir de partuza puede costar caro."