Una vez te dijeron que pusieras la otra mejilla, pero malentendiste.
No importa, siempre pasa.
El que pone la otra mejilla sin saber por qué lo hace, por mera pasividad, o por huir a un conflicto se arriesga a actuar como un tonto con buenas intenciones.
Porque también te dijeron que fueras frío o caliente, mas no tibio. El tibio es pasivo y nunca se decide. Frío y caliente son dos extremos, al igual que cielo/infierno, bueno/malo, amor/odio, etc… La idea es que es preferible estar en un polo, no importa cuál, pero decidirse. No hay nada de terrible en esta idea, ya que, después de todo, uno es “completo” cuando sintetiza ambos polos y los trasciende (Y sí! Llega a la Unidad, Dios, Nirvana….)
Desde tiempos perdidos en el tiempo se ha afirmado que lo ideal es el equilibrio. La única forma de llegar al centro, al equilibrio es fluctuando entre los polos hasta no hacerlo más. Pero sólo encuentra el punto de equilibrio aquel que conoció los polos, los extremos. Quien busca el punto central en el primer intento, arriba a la mediocridad, la tibieza.
Las dos ideas anteriores (de la mejilla y de la tibieza), presentes en la Biblia, parecen contradecirse desde cierta óptica. Pero es una contradicción aparente, ya que sendas ideas pertenecen a momentos diferentes de desarrollo.
A ver, a ver. En primaria me dijeron que 2 – 4 (dos menos cuatro) no se podía hacer, porque claro, no podés llevarte cuatro caramelos, si nomás hay 2 en la bolsita.
En la secundaria me dijeron que sí se podía hacer 2-4 y muchas otras operaciones más abstractas.
Ambas afirmaciones fueron correctas, porque pertenecen a 2 etapas complementarias de aprendizaje.
Entonces, a ver… primero es necesario decidirse, optar por un camino, un polo, tener voluntad, no dejar que te pisoteen (o sí, si es lo que querés). Desarrollar el ego, hacerlo fuerte.
Una vez desarrollado ese estadío, entonces ya se puede pasar a la etapa “dar la otra mejilla”, que es un símbolo de trascendencia, otro nivel. Es haber trascendido ya los polos.
¿A quién le puede interesar este post? No sé, no importa.
Ojito. Si te hacés el loco, te la devuelvo. Después, tal vez…otra mejilla.